La calidez del nogal acoge dulces sueños
En este dormitorio vamos a comprobar que una cama de nogal y el mueble industrial combinan de maravilla. La calidez del nogal que acoge los sueños, es la de dueña de esta casa. La esencialidad del acero, es la misma que la de su persona.
A estas alturas, tengo la impresión de que te has dejado seducir por la personalidad de esta casa, que refleja la interesante forma de ser de su dueña. No me extraña.
En el recorrido por su letra y su hogar que estamos desarrollando con este proceso de Grafointeriorismo, hemos descubierto que esa faceta funcional, sencilla y útil, personalizada con elementos originales que son las señas de identidad de toda la casa, se ha logrado a partir de muebles de estilo industrial.

Recordemos que la letra de la dueña de la casa nos muestra una personalidad, sencilla, esencial y cordial, tal y como hemos visto en post anteriores de esta serie ‘Una casa sencilla’.

Dos escenas del cuarto de estar. Detalle de la mesa de comedor de acero, con sillas tipo ‘ghost’. Detalle de la zona de estar, con elementos de madera, tela y plástico.
Vamos a darle una vuelta de tuerca. Esa necesidad de utilidad y confort de líneas depuradas también se puede satisfacer con muebles clásicos y antiguos.
Fíjate en su dormitorio. De una sobriedad cartujana. Una cama y una mesilla de estilo popular español, de herencia familiar. La fortaleza y la ductilidad de la madera de nogal, unida a los matices que aporta su característico color, crean un entorno sereno, elegante y sencillo, como el espíritu de nuestra anfitriona.
Ella misma ha recuperado este conjunto de cama y mesilla. Ha curado de polilla, lijado y encerado cada centímetro de la madera. Heredados de un familiar, los ha hecho suyos mimándolos con sus manos, respetando el espíritu de su primer dueño. Fundiéndolos con el suyo.

Mesilla de noche de nogal estilo rústico español de finales del siglo XIX, principios del XX.
Sobre la cama, una colcha de algodón, de rayas azules con fondo blanco. Como ya sabemos, el blanco y el azul, son dos colores con los que ella se encuentra muy cómoda, puesto que reflejan libertad y armonía, por un lado. Claridad y sencillez, por otro. Una textura, el algodón, que lo encontramos en toda la casa. Es un tejido natural y llano, como ya sabemos que es la dueña de esta casa.

Madera, mármol, algodón y mucha, muchísima luz.
Sigamos. También vimos durante al viaje al interior de su yo a través de su firma, que tiene una inteligencia extraordinariamente creativa, que necesita proyectar en elementos cotidianos, a ser posible, trabajados con sus manos.

La firma se asemeja a un dibujo, que deja al descubierto la inteligencia extraordinariamente creativa de esta arquitecto.
Si la hubiéramos conocido a través de una entrevista personal, sin más, probablemente habríamos concluido que solo se siente confortable con el estilo nórdico que comercializan firmas de mueble moderno funcional, porque permiten crear un hogar muy práctico, combinando piezas de diferentes formas. De hecho, en este dormitorio, el armario es de Ikea, aunque modificado por ella, como el conjunto de paneles que hacen de pared separadora con la escalera.

Su inteligencia creativa ha quedado reflejada en esta mampara móvil que separa la escalera del dormitorio.
Sin embargo, sabemos que es una persona cordial y cercana. En el ámbito de la decoración, esa cordialidad se traduce en la calidad de la madera, por ejemplo. Por eso vemos que también se siente muy cómoda con muebles de madera clásicos, pero, siempre, con una línea muy sencilla, sin apartarse ni un milímetro, de la esencialidad y de la funcionalidad que la hace sentirse confortable en casa.

Vista del dormitorio a través del espejo del armario que ha customizado ella.
Una silla de rejilla y una silla de enea (o anea), ambas, de herencia familiar, completan el dormitorio. Diferentes, pero con el nexo común de su antigüedad, con la complicidad de los elementos cotidianos de hace algunas décadas. A modo de descalzadora, haciendo las veces de galán para dejar la ropa, como mesita auxiliar para depositar un vaso de agua, o un libro, subrayan la sencillez monacal del dormitorio, pero sin restar un ápice la esencia de la habitación: calidez para el descanso.

Una silla de enea (o anea) hace las veces de mesita, descalzadora o galán.
Si te fijas, la luz entra a raudales por la terraza, aportando alegría y vitalidad. Otra de las señas de identidad de la anfitriona. La luz, también es una constante en todo su hogar.
En esa terraza estoy viendo una tomatera… ¡Es un huerto urbano!Vamos a disfrutarlo, sí. Pero, primero, vamos a ver los baños…
Mientras tanto, puedes ponerte al día del proceso de Grafointeriorismo que estamos siguiendo con esta arquitecto, en la serie ‘Una casa sencilla’.

Cortina de baño estilo años setenta con banco de madera de teka.
La calidez del nogal acoge dulces sueños
En este dormitorio vamos a comprobar que una cama de nogal y el mueble industrial combinan de maravilla. La calidez del nogal que acoge los sueños, es la de dueña de esta casa. La esencialidad del acero, es la misma que la de su persona.
A estas alturas, tengo la impresión de que te has dejado seducir por la personalidad de esta casa, que refleja la interesante forma de ser de su dueña. No me extraña.
En el recorrido por su letra y su hogar que estamos desarrollando con este proceso de Grafointeriorismo, hemos descubierto que esa faceta funcional, sencilla y útil, personalizada con elementos originales que son las señas de identidad de toda la casa, se ha logrado a partir de muebles de estilo industrial.

Recordemos que la letra de la dueña de la casa nos muestra una personalidad, sencilla, esencial y cordial, tal y como hemos visto en post anteriores de esta serie ‘Una casa sencilla’.

Dos escenas del cuarto de estar. Detalle de la mesa de comedor de acero, con sillas tipo ‘ghost’. Detalle de la zona de estar, con elementos de madera, tela y plástico.
Vamos a darle una vuelta de tuerca. Esa necesidad de utilidad y confort de líneas depuradas también se puede satisfacer con muebles clásicos y antiguos.
Fíjate en su dormitorio. De una sobriedad cartujana. Una cama y una mesilla de estilo popular español, de herencia familiar. La fortaleza y la ductilidad de la madera de nogal, unida a los matices que aporta su característico color, crean un entorno sereno, elegante y sencillo, como el espíritu de nuestra anfitriona.
Ella misma ha recuperado este conjunto de cama y mesilla. Ha curado de polilla, lijado y encerado cada centímetro de la madera. Heredados de un familiar, los ha hecho suyos mimándolos con sus manos, respetando el espíritu de su primer dueño. Fundiéndolos con el suyo.

Mesilla de noche de nogal estilo rústico español de finales del siglo XIX, principios del XX.
Sobre la cama, una colcha de algodón, de rayas azules con fondo blanco. Como ya sabemos, el blanco y el azul, son dos colores con los que ella se encuentra muy cómoda, puesto que reflejan libertad y armonía, por un lado. Claridad y sencillez, por otro. Una textura, el algodón, que lo encontramos en toda la casa. Es un tejido natural y llano, como ya sabemos que es la dueña de esta casa.

Madera, mármol, algodón y mucha, muchísima luz.
Sigamos. También vimos durante al viaje al interior de su yo a través de su firma, que tiene una inteligencia extraordinariamente creativa, que necesita proyectar en elementos cotidianos, a ser posible, trabajados con sus manos.

La firma se asemeja a un dibujo, que deja al descubierto la inteligencia extraordinariamente creativa de esta arquitecto.
Si la hubiéramos conocido a través de una entrevista personal, sin más, probablemente habríamos concluido que solo se siente confortable con el estilo nórdico que comercializan firmas de mueble moderno funcional, porque permiten crear un hogar muy práctico, combinando piezas de diferentes formas. De hecho, en este dormitorio, el armario es de Ikea, aunque modificado por ella, como el conjunto de paneles que hacen de pared separadora con la escalera.

Su inteligencia creativa ha quedado reflejada en esta mampara móvil que separa la escalera del dormitorio.
Sin embargo, sabemos que es una persona cordial y cercana. En el ámbito de la decoración, esa cordialidad se traduce en la calidad de la madera, por ejemplo. Por eso vemos que también se siente muy cómoda con muebles de madera clásicos, pero, siempre, con una línea muy sencilla, sin apartarse ni un milímetro, de la esencialidad y de la funcionalidad que la hace sentirse confortable en casa.

Vista del dormitorio a través del espejo del armario que ha customizado ella.
Una silla de rejilla y una silla de enea (o anea), ambas, de herencia familiar, completan el dormitorio. Diferentes, pero con el nexo común de su antigüedad, con la complicidad de los elementos cotidianos de hace algunas décadas. A modo de descalzadora, haciendo las veces de galán para dejar la ropa, como mesita auxiliar para depositar un vaso de agua, o un libro, subrayan la sencillez monacal del dormitorio, pero sin restar un ápice la esencia de la habitación: calidez para el descanso.

Una silla de enea (o anea) hace las veces de mesita, descalzadora o galán.
Si te fijas, la luz entra a raudales por la terraza, aportando alegría y vitalidad. Otra de las señas de identidad de la anfitriona. La luz, también es una constante en todo su hogar. En esa terraza estoy viendo una tomatera… ¡Es un huerto urbano! Vamos a disfrutarlo, sí. Pero, primero, vamos a ver los baños…
Mientras tanto, puedes ponerte al día del proceso de Grafointeriorismo que estamos siguiendo con esta arquitecto, en la serie ‘Una casa sencilla’.

Cortina de baño estilo años setenta con banco de madera de teka.