Decoración de patios- Reclinatorios para un té a la menta

Seguimos trabajando en este hermoso patio. Aquí va una nueva propuesta de la serie ‘Yo tenía un Patio en Andalucía’. Tomamos como base reclinatorios antiguos para crear un ambiente sereno e íntimo. Una sugerencia que va muy bien para una personalidad esencial, espiritual e intimista, tal y como dice la letra de nuestra protagonista. Amante de ese ‘Dios de las pequeñas cosas’ que nos da momentos de felicidad. Como por ejemplo, utilizar unos reclinatorios para un té a la menta. Vamos a verlo.

 

En esta entrega de la serie ‘Yo tenía un Patio en Andalucía’, vamos a trabajar en una propuesta decorativa adaptada a una mujer que tiene las ideas claras, que no busca los excesos, pero que, al mismo tiempo, tiene deseos de ser original, tal y como observamos por sus márgenes izquierdo y derecho, que son bastante regulares, como si en vez de ser un manuscrito, fuera el texto de un libro.

 

Letra simplificada y menuda. Refleja una personalidad detallista que disfruta con las pequeñas cosas de la vida.

 

Esta necesidad de singularizarse y distinguirse en los pequeños detalles de la vida- dado el tamaño tan reducido de su letra- es la base sobre la que vamos a crear nuestro proceso de Grafointeriorismo, con el que creamos una propuesta decorativa, a partir de los rasgos de la personalidad que nos muestra la letra de la protagonista.

 

Letra inferior a 2 mm, propia de una persona que vive la vida desde el interior y el detalle.

 

Por ello, planteamos a nuestra protagonista un patio donde relajarse, con un toque intimista, tanto en la distribución de los objetos decorativos, como en la selección de los mismos.

¿Qué te parece si utilizamos unos reclinatorios antiguos

 

Reclinatorios antiguos de épocas diferentes que vamos a utilizar para crear una escena íntima con la que disfrutar de un rato agradable.

 

Es muy probable que te hayas encontrado un reclinatorio en casa de tu abuela. Son pequeños muebles de uso privado para recogerse en oración. Los hay de muchos tipos, materiales y tamaños. Parece ser que su auge comenzó en toda Europa en el siglo XVI. 

Vamos a darles una segunda oportunidad, reciclándolos para utilizar como asiento la parte almohadillada que tienen para ponerse de rodillas. La propia singularidad del mueble nos ayuda a crear un ambiente íntimo, muy adecuado para tomar un té moruno a la menta en un patio andalusí.

 

Reclinatorios distribuidos en círculo para utilizarlos como asientos bajos a ras de suelo, listos para la ceremonia del té.

 

Utilizamos como asiento la parte mullida pensada para ponerse de rodillas.

 

Detalle de otro de los reclinatorios del conjunto que utilizaremos para disfrutar de esta pequeña ceremonia del té a la menta.

 

Todavía podemos afinar más. La escritura de nuestra protagonista nos revela rasgos muy interesantes de su personalidad. Estamos ante una escritura pequeña, sí, pero también es espontánea y regular. Es una mujer fina y delicada de espíritu. Es culta y aprecia el ‘detalle dentro del detalle’.

 

Escritura pequeña, espontánea y regular, propia de una persona delicada, serena que aprecia los detalles con cierta distinción.

 

Así pues, vamos a crear una escena más íntima y refinada. Lo conseguimos con un servicio de té de plata, que colocamos sobre una bandeja de mimbre puesta del revés, que hace las veces de mesa. Añadimos un frutero antiguo, también de plata, para colocar frutos secos que acompañan el té. La calidez del mimbre rebaja la frialdad de la plata y contribuye a que se integre en un ‘ambiente de suelo’.

 

Servicio de té y frutero de plata sobre bandeja de mimbre.

 

Reclinatorios de épocas distintas, servicio de té de plata, mimbre, azulejos y macetas. Un cóctel perfecto para una mujer detallista, refinada, culta e intimista.

 

A esta escena le añadimos más detalles que van bien con el gusto refinado y culto de nuestra protagonista. Velas de olor a pétalos de rosa impregna el ambiente. Un par de jarras de latón antiguas están ahí, testigos de esta ceremonia del té compartido.

 

Añadimos un par de jarras de latón antiguas que completan la propuesta decorativa, muy apreciadas por una protagonista refinada, culta y detallista.

 

Nuestra amiga es, también, una mujer acogedora en la intimidad de las personas que aprecia. Es cercana sin invadir el terreno de los demás. Podemos decir que está ahí para quien la necesita, pero otorgando espacio al otro sin agobios. 

 

Palabras que guardan el equilibrio casi perfecto, tanto dentro de la palabra, como en relación al resto del escrito. Persona mesurada y respetuosa con las personas de su entorno.

 

En el post anterior, en el que creamos una decoración estilo Thonet para un persona conservadora y tradicional, te hablé de este perchero. Es una pieza art decó de los años 20-30, hecho con una mezcla de maderas de caoba y nogal. En esta oportunidad, lo hemos vestido solo con fulares de arabescos y dibujos geométricos que contribuyen a integrar el perchero en esta decoración intimista. Una maceta con lavanda completa el cuadro.

 

 

Perchero art decó de los años 20-30, que se ha integrado con unos fulares y una maceta de lavanda.

 

Una persona acogedora, amante de las cosas pequeñas que aportan detalle, serena e intima, capaz de disfrutar de una taza de té en la penumbra de un patio con reminiscencias andalusíes, aprecia el frescor de las plantas, su colorido y su olor. Elementos que se confunden con el aroma de la menta y de las velas.

Así pues, las plantas completan este rincón íntimo de un patio que hemos transformado por completo para adaptarlo a una mujer selecta, serena, que disfruta con el detalle de las rutinas diarias que necesitan su tiempo, sin agobios, pero que requieren sensibilidad.

 

Las plantas potencian el ambiente de frescor que emana el aroma de la menta del té y contribuyen a dar un plus de intimidad al conjunto de reclinatorios.

 

Ya ves cómo seguimos reciclando muebles y objetos decorativos para acomodarlos a cada personalidad. En el próximo post de esta serie de patios conjugaremos mimbre, esterilla, madera y refrescos para una personalidad vibrante y práctica.

 

Decoración de patios- Reclinatorios para un té a la menta

Seguimos trabajando en este hermoso patio. Aquí va una nueva propuesta de la serie ‘Yo tenía un Patio en Andalucía’. Tomamos como base reclinatorios antiguos para crear un ambiente sereno e íntimo. Una sugerencia que va muy bien para una personalidad esencial, espiritual e intimista, tal y como dice la letra de nuestra protagonista. Amante de ese ‘Dios de las pequeñas cosas’ que nos da momentos de felicidad. Como por ejemplo, utilizar unos reclinatorios para un té a la menta. Vamos a verlo.

 

En esta entrega de la serie ‘Yo tenía un Patio en Andalucía’, vamos a trabajar en una propuesta decorativa adaptada a una mujer que tiene las ideas claras, que no busca los excesos, pero que, al mismo tiempo, tiene deseos de ser original, tal y como observamos por sus márgenes izquierdo y derecho, que son bastante regulares, como si en vez de ser un manuscrito, fuera el texto de un libro.

 

Letra simplificada y menuda. Refleja una personalidad detallista que disfruta con las pequeñas cosas de la vida.

 

Esta necesidad de singularizarse y distinguirse en los pequeños detalles de la vida- dado el tamaño tan reducido de su letra- es la base sobre la que vamos a crear nuestro proceso de Grafointeriorismo, con el que creamos una propuesta decorativa, a partir de los rasgos de la personalidad que nos muestra la letra de la protagonista.

 

Letra inferior a 2 mm, propia de una persona que vive la vida desde el interior y el detalle.

 

Por ello, planteamos a nuestra protagonista un patio donde relajarse, con un toque intimista, tanto en la distribución de los objetos decorativos, como en la selección de los mismos.

¿Qué te parece si utilizamos unos reclinatorios antiguos

 

Reclinatorios antiguos de épocas diferentes que vamos a utilizar para crear una escena íntima con la que disfrutar de un rato agradable.

 

Es muy probable que te hayas encontrado un reclinatorio en casa de tu abuela. Son pequeños muebles de uso privado para recogerse en oración. Los hay de muchos tipos, materiales y tamaños. Parece ser que su auge comenzó en toda Europa en el siglo XVI. 

Vamos a darles una segunda oportunidad, reciclándolos para utilizar como asiento la parte almohadillada que tienen para ponerse de rodillas. La propia singularidad del mueble nos ayuda a crear un ambiente íntimo, muy adecuado para tomar un té moruno a la menta en un patio andalusí.

 

Reclinatorios distribuidos en círculo para utilizarlos como asientos bajos a ras de suelo, listos para la ceremonia del té.

 

Utilizamos como asiento la parte mullida pensada para ponerse de rodillas.

 

Detalle de otro de los reclinatorios del conjunto que utilizaremos para disfrutar de esta pequeña ceremonia del té a la menta.

 

Todavía podemos afinar más. La escritura de nuestra protagonista nos revela rasgos muy interesantes de su personalidad. Estamos ante una escritura pequeña, sí, pero también es espontánea y regular. Es una mujer fina y delicada de espíritu. Es culta y aprecia el ‘detalle dentro del detalle’.

 

Escritura pequeña, espontánea y regular, propia de una persona delicada, serena que aprecia los detalles con cierta distinción.

 

Así pues, vamos a crear una escena más íntima y refinada. Lo conseguimos con un servicio de té de plata, que colocamos sobre una bandeja de mimbre puesta del revés, que hace las veces de mesa. Añadimos un frutero antiguo, también de plata, para colocar frutos secos que acompañan el té. La calidez del mimbre rebaja la frialdad de la plata y contribuye a que se integre en un ‘ambiente de suelo’.

 

Servicio de té y frutero de plata sobre bandeja de mimbre.

 

Reclinatorios de épocas distintas, servicio de té de plata, mimbre, azulejos y macetas. Un cóctel perfecto para una mujer detallista, refinada, culta e intimista.

 

A esta escena le añadimos más detalles que van bien con el gusto refinado y culto de nuestra protagonista. Velas de olor a pétalos de rosa impregna el ambiente. Un par de jarras de latón antiguas están ahí, testigos de esta ceremonia del té compartido.

 

Añadimos un par de jarras de latón antiguas que completan la propuesta decorativa, muy apreciadas por una protagonista refinada, culta y detallista.

 

Nuestra amiga es, también, una mujer acogedora en la intimidad de las personas que aprecia. Es cercana sin invadir el terreno de los demás. Podemos decir que está ahí para quien la necesita, pero otorgando espacio al otro sin agobios. 

 

Palabras que guardan el equilibrio casi perfecto, tanto dentro de la palabra, como en relación al resto del escrito. Persona mesurada y respetuosa con las personas de su entorno.

 

En el post anterior, en el que creamos una decoración estilo Thonet para un persona conservadora y tradicional, te hablé de este perchero. Es una pieza art decó de los años 20-30, hecho con una mezcla de maderas de caoba y nogal. En esta oportunidad, lo hemos vestido solo con fulares de arabescos y dibujos geométricos que contribuyen a integrar el perchero en esta decoración intimista. Una maceta con lavanda completa el cuadro.

 

 

Perchero art decó de los años 20-30, que se ha integrado con unos fulares y una maceta de lavanda.

 

Una persona acogedora, amante de las cosas pequeñas que aportan detalle, serena e intima, capaz de disfrutar de una taza de té en la penumbra de un patio con reminiscencias andalusíes, aprecia el frescor de las plantas, su colorido y su olor. Elementos que se confunden con el aroma de la menta y de las velas.

Así pues, las plantas completan este rincón íntimo de un patio que hemos transformado por completo para adaptarlo a una mujer selecta, serena, que disfruta con el detalle de las rutinas diarias que necesitan su tiempo, sin agobios, pero que requieren sensibilidad.

 

Las plantas potencian el ambiente de frescor que emana el aroma de la menta del té y contribuyen a dar un plus de intimidad al conjunto de reclinatorios.

 

Ya ves cómo seguimos reciclando muebles y objetos decorativos para acomodarlos a cada personalidad. En el próximo post de esta serie de patios conjugaremos mimbre, esterilla, madera y refrescos para una personalidad vibrante y práctica.

 

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