Las 3 ‘C’ de la decoración- Claridad, Calidez y Color
El despacho donde esta arquitecto recibe sus visitas profesionales, está ubicado en una zona de paso, entre la entrada de la casa y el salón que acabamos de dejar atrás. Ese pasillo al que te dije que regresaríamos más adelante. Un lugar donde brillan las 3 ‘C’ de la decoración: Claridad, Calidez, Color. Tres elementos singularizan este espacio.
Claridad, gracias a la luz que pasa desde el salón, a través de la pared de vidrio de pavés. Un recurso arquitectónico que, como ya hemos visto el post anterior, en que hemos visitado el salón, muestra el rasgo más esencial de su persona: la inteligencia original y creativa para aprovechar, con un solo elemento- es decir, en el mínimo esfuerzo-, el chorro de luz que entra por los balcones del salón- o sea, máximo rendimiento.

Detalle de la pared de cristal pavés vista desde el cuarto de estar.

Detalle de la pared de cristal pavés vista desde el despacho.
Delante, una librería blanca a media altura, sin trasera en la parte superior. Un mueble que también ha customizado ella, cortándolo a la altura que le ha parecido mejor, con la idea de aprovechar la luz que se filtra por la pared de cristal procedente del salón. Refuerza este concepto de funcionalidad que andamos buscando siempre, sin restar la necesidad de optimizar la luz, utilizando un solo recurso.
Sobre la librería, una prueba de estudio del busto del escritor Miguel Hernandez del escultor Alberto Germán Franco. Un regalo de un creador a otro.

Busto de Miguel Hernandez del escultor onubense Alberto Germán Franco.
Calidez. La que aporta el banco tocinero de madera, típico de las cocinas y zaguanes andaluces del siglo XIX y primera mitad del XX. Nuestra anfitriona es amante de las cosas sencillas, de las personas sencillas, con las que sintoniza a la perfección por ese carácter cordial y alegre que hemos visto en la forma en que desgrana sus letra sobre el papel. Por eso le gusta este banco tocinero… donde se sentaba la gente corriente entorno a la lumbre de la cocina o a esperar en un zaguán para entrar en la consulta de un médico.

Nuestra arquitecto es alegre y cordial, busca el contacto con los demás, un rasgo que se aprecia en la inclinación de su letra.

Vista del despacho donde destaca el banco de madera tocinero, que le aporta calidez a una escena de materiales fríos, como el cristal, el mármol y el acero.
El banco se ha ubicado alrededor de una mesa plenamente actual y funcional, para hablar de cómo construir un hogar con gente normal y corriente. La escena gira sobre una mesa de acero elaborada por un herrero, diseñada por nuestra amiga, con un sobre de cristal con letras sobreimpresas de Ikea. Una alfombra recoge la conversación entorno a la mesa.
Aquí está el ejemplo de una persona cordial, cercana y sencilla, que sabe sacar lo bueno de lo de antes y lo de ahora.

Otra perspectiva del despacho.
Color. Las sillas de oficina, adquiridas en Carrefour, rojo bermellón. Este es el tercer color que te dije que saldría más adelante y que reflejan su forma de ser, junto al azul y el blanco que están por toda la casa.

Sillas en rojo, el punto vibrante de la personalidad de la anfitriona.
El rojo bermellón refleja otro aspecto importante de su personalidad: su alegría. Esta tonalidad del color rojo aporta ese punto de serenidad, tranquilidad y fortaleza, que matiza la impulsividad del rojo brillante, sin restarle vitalidad, optimismo y simpatía. Sintoniza perfectamente con una personalidad ‘serenamente vibrante’, ‘tranquilamente cálida’, ‘respetuosamente cordial’.

El rojo bermellón incorpora un punto de serenidad, tranquilidad y fortaleza. La silla blanca rompe la monotonía del conjunto.
¡Upss!! ¡Se nos coló una silla blanca! ¡Estupendo! ¡Rompemos la monotonía de lo previsible con el color y no con muebles de autor! Otro ejemplo más que demuestra que ‘personalidad’ no es lo mismo que ‘exclusividad’. Si encima añadimos ritmo con la sopa de letras colocada en la pared…ya tenemos reflejado ese carácter simpático, ameno y singular de la dueña de la casa, como dice, una y otra vez, la inclinación de su letra.
‘A’ de ‘Álegre’; ‘B’ de ‘Bonito’; ‘T’ de ‘Trabajo’; ‘P’ de… ‘¿Planos?’… Uyyy, que me he distraído…
¡Vamos a curiosear al piso de arriba!… Pero mientras, puedes leer los post anteriores de esta secuencia que hemos llamado «Una casa sencilla».

Dormitorio, un lugar donde recoger el descanso.
Las 3 ‘C’ de la decoración- Claridad, Calidez y Color
El despacho donde esta arquitecto recibe sus visitas profesionales, está ubicado en una zona de paso, entre la entrada de la casa y el salón que acabamos de dejar atrás. Ese pasillo al que te dije que regresaríamos más adelante. Un lugar donde brillan las 3 ‘C’ de la decoración: Claridad, Calidez, Color. Tres elementos singularizan este espacio.
Claridad, gracias a la luz que pasa desde el salón, a través de la pared de vidrio de pavés. Un recurso arquitectónico que, como ya hemos visto el post anterior, en que hemos visitado el salón, muestra el rasgo más esencial de su persona: la inteligencia original y creativa para aprovechar, con un solo elemento- es decir, en el mínimo esfuerzo-, el chorro de luz que entra por los balcones del salón- o sea, máximo rendimiento.

Detalle de la pared de cristal pavés vista desde el cuarto de estar.

Detalle de la pared de cristal pavés vista desde el despacho.
Delante, una librería blanca a media altura, sin trasera en la parte superior. Un mueble que también ha customizado ella, cortándolo a la altura que le ha parecido mejor, con la idea de aprovechar la luz que se filtra por la pared de cristal procedente del salón. Refuerza este concepto de funcionalidad que andamos buscando siempre, sin restar la necesidad de optimizar la luz, utilizando un solo recurso.
Sobre la librería, una prueba de estudio del busto del escritor Miguel Hernandez del escultor Alberto Germán Franco. Un regalo de un creador a otro.

Busto de Miguel Hernandez del escultor onubense Alberto Germán Franco.
Calidez. La que aporta el banco tocinero de madera, típico de las cocinas y zaguanes andaluces del siglo XIX y primera mitad del XX. Nuestra anfitriona es amante de las cosas sencillas, de las personas sencillas, con las que sintoniza a la perfección por ese carácter cordial y alegre que hemos visto en la forma en que desgrana sus letra sobre el papel. Por eso le gusta este banco tocinero… donde se sentaba la gente corriente entorno a la lumbre de la cocina o a esperar en un zaguán para entrar en la consulta de un médico.

Nuestra arquitecto es alegre y cordial, busca el contacto con los demás, un rasgo que se aprecia en la inclinación de su letra.

Vista del despacho donde destaca el banco de madera tocinero, que le aporta calidez a una escena de materiales fríos, como el cristal, el mármol y el acero.
El banco se ha ubicado alrededor de una mesa plenamente actual y funcional, para hablar de cómo construir un hogar con gente normal y corriente. La escena gira sobre una mesa de acero elaborada por un herrero, diseñada por nuestra amiga, con un sobre de cristal con letras sobreimpresas de Ikea. Una alfombra recoge la conversación entorno a la mesa.
Aquí está el ejemplo de una persona cordial, cercana y sencilla, que sabe sacar lo bueno de lo de antes y lo de ahora.

Otra perspectiva del despacho.
Color. Las sillas de oficina, adquiridas en Carrefour, rojo bermellón. Este es el tercer color que te dije que saldría más adelante y que reflejan su forma de ser, junto al azul y el blanco que están por toda la casa.

Sillas en rojo, el punto vibrante de la personalidad de la anfitriona.
El rojo bermellón refleja otro aspecto importante de su personalidad: su alegría. Esta tonalidad del color rojo aporta ese punto de serenidad, tranquilidad y fortaleza, que matiza la impulsividad del rojo brillante, sin restarle vitalidad, optimismo y simpatía. Sintoniza perfectamente con una personalidad ‘serenamente vibrante’, ‘tranquilamente cálida’, ‘respetuosamente cordial’.

El rojo bermellón incorpora un punto de serenidad, tranquilidad y fortaleza. La silla blanca rompe la monotonía del conjunto.
¡Upss!! ¡Se nos coló una silla blanca! ¡Estupendo! ¡Rompemos la monotonía de lo previsible con el color y no con muebles de autor! Otro ejemplo más que demuestra que ‘personalidad’ no es lo mismo que ‘exclusividad’. Si encima añadimos ritmo con la sopa de letras colocada en la pared…ya tenemos reflejado ese carácter simpático, ameno y singular de la dueña de la casa, como dice, una y otra vez, la inclinación de su letra.
‘A’ de ‘Álegre’; ‘B’ de ‘Bonito’; ‘T’ de ‘Trabajo’; ‘P’ de… ‘¿Planos?’… Uyyy, que me he distraído…
¡Vamos a curiosear al piso de arriba!… Pero mientras, puedes leer los post anteriores de esta secuencia que hemos llamado «Una casa sencilla».

Dormitorio, un lugar donde recoger el descanso.